19 mayo 2011

Esas Tardes en la ciudad


Puedo mirar la tristeza en sus ojos, puedo apreciar la pobreza en que viven, he caminado horas y horas, por las calles de la ciudad, caras angustiadas, rostros estresados, poca gente en las calles, pocos niños jugando, los gritos que caracterizaban los atardeceres tradicionales se han ido ¿para sienpre? no lo se, solo veo rostros desinteresados, timidas miradas ocultas tras ventanas enrejadas, asi es un dia, la tarde y la noche en la ciudad...

Como fue que muchas cosas se quedaran en el ayer, como olvidar al viejito bonachon, que solia llegar donde la bolita de chamacos jugabamos con su platica, claro no sin antes ofrecer:¡¡ Ya llego la vitamina jovenes!! cargando su pequeña vitrina, que exibia las deliciosas gelatinas, la de pistache, la de grosella, la de rompope, la de limon. ¡¡¡Llego la vitamina jovenes!!!

De vez en cuando el griterio de la chiquillada se rompia al grito de: ¡¡¡¡ peeeepites!!! el señor sombrerudo que canasta en mano ofrecia las pepitas y los cacahuates, si creo que eran de a peso la bolsita, y como olvidar el inconfundible grito de: ¡¡¡¡¡Garambuyos!!!!! esos riquisimos frutitos de exquisito sabor, de toston decia el Don.

O como dejar al olvido al señor que tabla al hombro o sobre la cabeza nos gritaba ¡¡¡¡ Hay merenguis !!!! y salia el abuson de la calle con tosoton en mano dispuesto a echar volados, Ja Ja Ja mas de tres veces le gano al merenguero y hasta a mi me toco uno, pero no siempre tenia esa suerte, hay los merengues, las alegrias, las charamuscas...creo que tambien pasaba por esa calle un señor cargando las manzanas acarameladas, o el carrito de los algodones de azucar.

Diversiones no nos faltaban, las metitas, las coleadas, los estrais (una mezcla de beisbol con no se que) el fut, juegos que a veces se interrumpian al arribo del circo ambulante...hay ese payaso malora y grosero que puso a un niño un embudo mientras este hacia como que hacia del dos, al grito de ¡pujale! salio un presente para el cotorreado chamaco, antes de irse pedian la tradicional coperacha, o la venta de chuchulucos.

Tambien como dejar de mencionar el minibus, un busito a esca donde los chiquillos que pagaban se podian subir, mientras los que pagaban ayudaban a empujar...de ahi me remonto a las atrdes de volados por equis estampita, los disparos con lanzafichas, los popotes con un pasador lanzados con ligas...Esas tardes de chiquillos en las calles que ya casi no no hay, donde las motonetas, los videojuegos, el internet los atraparon ya.

No me atrevo a señalar muchas de esas razones, pero si que muchos de aquellos pregoneros, o ya no viven, o ya no venden como antes, tambien por esas causas que todos sabemos, violencia, inseguridad, la crisis...y esos niños que dejaron de jugar...en las calles esas tardes ya no son igual. solo nos queda la chicharra desquiciante acompañada del grito de: ¡¡ El Pannnn !! y a lo lejos, ya cada vez menos el tradicional pitido del señor camotero, pocos ya pocos pregones nos quedan. asi son las tardes ahora, donde los niños en las calles no juegan mas, donde los pregones se van acabando ya, donde la gente mira desde el ventanal, tras una reja que cuida su seguridad, asi son las tardes en la ciudad

¡Que ruco estoy caray!