31 agosto 2010

Amistades


Otra vez abrí el baúl de los recuerdos, otra vez frente a mi hijo recordaba esos años de aventuras, travesuras, y hasta cosillas malas. Platicar con mi hijo se ha vuelto una bonita costumbre, y es que a él le gusta dormir ya tarde los fines de semana, y a mi platicar (que no se me da verdad) la verdad con cada platica quiero dejarle. Es bonito ver la cara de curiosidad de mi hijo, que pregunte, tal vez para m i es volver a vivir esos tiempos, tal vez es volver a ser niño o el adolescente que fui, por unos instantes.

Ya había comentado que las platicas van desde los dulces, las golosinas, de los juegos, de mi padre de mis abuelos, de la vida en casa, con mis hermanas, con los compañeritos… y aquí es donde detengo la charla un momento, como en otras ocasiones…un largo y delicioso trago a mi tarrote de café… los compañeritos de juego.

No es que no tuviese amigos, creo que la palabra misma implica muchísimo, y he aprendido con el tiempo, a darle el valor que representa la amistad. Antes de entrar a todo este mundo ciber, tenía muy presente eso de que los amigos se cuentan con los dedos, y cuando tocaba el tema siempre decía que solo tenía uno: Mi amigo Toño.

Una de mis hermanas a todas las que le rodean les llama amigas, no es malo, pero en mi caso se que hay compañeros, no es por mala onda pero yo no lo hago así, he compartido tiempos, escuelas, trabajo quizás, con compañeros, son mis compañeros, pero al tiempo la camaradería en muchos casos ha pasado a amistad, pero ya después de mucho tiempo, de tratarnos más, de conocer a los compañeros, pero al fin son muy contadas y es cuestión de afinidades, cuando nos damos cuenta que compartimos muchas cosas.

Así nació la amistad entre Toño y yo, parecíamos tan diferentes, el un chavo serieson y hasta juniorsete, y yo pues así como siempre he sido, inquieto y nada serio, pues lo que nos unió fue el gusto por la electricidad, taller en el que ambos estudiábamos en la secun, luego fue que empezamos cada quien con su respectiva novia, a salir, luego salimos de la secun, y nos seguimos frecuentando, después cada vez menos, vino mi boda, luego mis hijos, y poco contacto ya hasta hace unos días en que nos saludamos con alegría, platicamos largo rato, que ya tengo dos hijos, yo una niña dijo el, ya me divorcie, no soporte esa vida, yo cumpliré doce años le dije, y asi estuvimos, echando nuestras cuitas, luego vinieron a nuestra memoria los compañeros de generación, las anécdotas, quien se caso, quien se juyo, en fin un gusto estar con una verdadera amistad que en antaño, mas allá de las aventuras, compartimos sufrimientos, el dolor de perder a familiares, de el recibí en su momento mucho apoyo, en los momentos en que no tenía un clavo, cuando me hacía falta algo, mi amigo ahí estaba para apoyarme, y yo correspondía a esa confianza, en la escuela le apoyaba (a pesar de ser latoson, era aplicadon para los exámenes) ahí andábamos juntos, como hermanos, ayudándonos uno al otro.

Ahora, he aprendido mas, he tenido muchísimos compañeros, muchos contactos en la red, pocos y muy valiosos amigos, creo que sin proponérmelo siquiera, tengo más amigas que amigos, quizás por el hecho de vivir y convivir con ellas se me hace más fácil platicar con mis amistades mujeres, a quienes hasta hoy jamás les he faltado, pues pienso que como amigo, no sería correcto, además de que una situación de sobre pasamiento no me gustaría para mis hermanas, o mi propia hija, las amistades con los de mi genero, pues si son mas contaditas, pero importantísimas para mi, quizás en algunos casos buscando al hermano que nunca tuve, no lo sé, pero creo que esa selectividad se debe a que no hubiese querido a cualquier hermano, si no a aquel que creyese en mis loqueras, que apoyase mis ideas o quien me dijera cuando estoy mal, como en su momento lo hiciera mi propio padre, (quien se convertiría en un amigo mas, sin perder la distancia y el respeto entre hijo y padre) un amigo a quien apoyar, con quien compartir muchas cosas, de quien recibir un buen consejo, y no malas influencias que destruyan vidas.

He aprendido a querer a mis amigas y amigos, como quiero que me quieran a mí, desinteresadamente, sin falsedades, sin malas intensiones, sin malos entendidos, creo que eso a cualquiera le gustaría, por lo tanto yo tengo que ofrecer lo mismo y mas, al menos asi lo he vivido en estos años. Que si, que luego se decepciona uno de algunos o algunas, eso va a pasar, pero gracias a Dios ya no he aprendido a conocer y descubrir a los verdaderos amigos a salirme de ese círculo, y a separar a compañeros y amigos, conceptos mucho muy diferentes.

Asi charlando, una vez más me acabe dos tazotas de café, frases curiosas de mis colegas, anécdotas curiosas, todo eso fluyo de mi mente, y mi escuchador favorito se quedo con las ganas de conocer a mi gran amigo Toño, una vez más pregunto y pregunto, y la charla se prolongo mas tiempo, quizás sea el inicio de una nueva amistad ¿No creen?