La noche ha caído ya, en la fría
prisión del estado, el bullicio de hacia horas ha cesado, las luces se han
apagado, en la celda cuyos barrotes se tornan helados, se hallan hacinados como
es común en estas prisiones mexicanas, mas prisioneros de lo que debería haber,
acomodados como han podido se hallan los ocho reclusos entre ello Juan, al que
han apodado el deviejador, otros solo le llaman el nuevo, la carne nueva, dirán
otros.
La mente de Juan quien acaba de
llegar a este lugar se halla inquieta, alerta, la ley de la cárcel es clara:
Ojo por Ojo. El teme y con justa razón, el desviejador, mote que le asignara la
prensa roja esta alerta al posible castigo, lo raro fue que ese primer día todo
estuvo tranquilo.
La mente de
Juan sigue viajando al ayer, sus manos que ahora están aferradas a los barrotes
están sintiendo lo mismo que, cuando su última víctima luchaba por zafarse de
sus manos. , y volvió a un ayer más allá, vino a su mente cuando salió huyendo
de su pueblo. Petrita, la hija de don Vicente, el herrero del pueblo había
depositado todo su amor, confianza en Juan, el hijo de los riquillos del
pueblo, aquel que le echara el ojo desde chiquillos, con quien solía escaparse
al rio para besarse. Recuerda que se la robo, sus padres se indignaron ¿Por qué
fijarse en esa india poca cosa de la Petra? Al final le vieron el lado positivo
más a fuerzas que de ganas, aceptaron a Petrita total ya tenían criada y
gratis.
Juan pronto se cansó de Petrita,
era desobligado, y total que en una de sus tantas aventuras patrocinadas por su
familia conoció a Remedios allá por el Istmo, Remedios al igual que Petrita cayó
redondita a los brazos de Juan, claro que ninguna sabia de la existencia de la
otra, y Juan debía deshacerse de Petrita como fuera.
Llegar a casa y ver a esa mujer
le repugnaba a Juan y Petrita que se aferraba a seguir amándolo, el ya quería
su libertad y las discusiones que le armaba poco prosperaban ante la sumisión
de Petrita, quien siempre solía decir: Lo que tú digas amor.
El frio de la noche le pega al rostro,
Juan de pronto pone atención a los silbidillos que se dejan escuchar en medio
del silencio y la oscuridad, de pronto cesa ese breve momento que le ha
alertado, el silencio vuelve a reinar en la prisión, solo a lo lejos la luz de
la torre de pronto ilumina las crujías. Juan vuelve su mirada al interior de su
celda, creyó escuchar algo, no es nada, respira tranquilo, mientras sus
recuerdos vuelven cual película donde se había quedado.
La discusión que habría provocado
una vez más era inútil, la desesperación lo estaba volviendo cada vez más
violento, se transformó de pronto y así sin pensarlo le tomo el cuello, lo tomo
con tal fuerza que Petrita ni siquiera podía resistirse, sus sentidos le
abandonaron y en su último suspiro le regalo un “Te amo” con una mirada de
ternura más que de alguien que está muriendo sin creer lo que sucede, así, ese
cuerpo que le había amado hasta el fin yacía inerte en sus manos…y luego la
realidad, Juan no creía lo que acababa de hacer, sus manos aun sentían la piel
de quien le amara tanto. Asustado la tomo en sus brazos y sigilosamente la
subió a la troca, y dejo el hogar…la familia supuso que irían a buscar otros
horizontes. El no dejaría evidencias tirando el cadáver en algún barranco de
las montañas, rumbo al Istmo camino a la casa de Remedios.
Esa noche la calma llego para
Juan, pero al fin era libre, al fin podía iniciar su vida junto a Remedios,
total nadie lo vio, nadie preguntaría por Petrita, bastaría con decir que se
fue con otro y que por eso se volvió a arrejuntar con otra…que cosas de la
vida, todos lo creyeron, a Remedios le diría que tuvo una novia que lo
abandono…y todo le salió a la perfección, o casi todo.
La vida con Remedios era algo
diferente, ella no era tan dócil como Petrita, lo amaba sí, pero ella no sería
tan abnegada, razón por la cual logro convencerlo de sacarla del hogar de los
padres de ella, aunque sea rentado le decía, pero donde estemos solos…tu y yo,
luego vendrían los hijos, dos hijos que amaban por igual…hasta que la familia
de él se cruzo en sus vidas, querían conocer a la nueva, a la madre de sus
nietos, y Juan supuso que era tiempo de volver a su pueblo, hasta ese entonces nada
se sabía de Petrita, su cadáver nunca fue hallado, y si fue hallado, nadie lo
reclamó. Pero en un pueblo hay cosas que no se callan y eso no lo previo Juan,
y Remedios se enteró de que su Juan ya había tenido una esposa…y el solo
repitió lo mismo: Se fue, me fue infiel, me abandono, no sé a dónde.
Remedios insistió en que debían
hacer sus vidas lejos de las familias, ya habría perdonado la mentirilla de
Juan, y la familia de él insistió en ayudarles, le prestaron una casa en la
metrópoli, Juan volvió a su vida de antes, de haraganeo, ya no de conquistador,
peor aún se había vuelto celoso y Remedios luchaba día a día con esa situación,
que trataba de aislarla del mundo…pero
ante la pereza de Juan Remedios tuvo que buscar el modo de subsistir, ella no
estaba de acuerdo en vivir de lo que la familia de él mandara, y que el mismo
Juan gastaba indiscriminadamente…Remedios como toda mujer luchona busco la
manera de solventar gastos, y Juan
celoso, celoso pero no tarugo, comenzó a disfrutar la vida.
Remedios entonces al relacionarse
con su entorno comenzó a ganarse el cariño del vecindario, fue conociendo más
cosas de las que ella ya sabía, supo entonces que el comportamiento de Juan no
era normal, que necesitaban ayuda, empezó a golpearla, una noche que le había
golpeado, y mientras dormía Juan, este comenzó a decir cosas que le
inquietaron, cosas respecto a Petrita…el despertó desesperado sudoroso gritando
que no quería matarla…y tuvo que confesarle que él la había matado….Remedios se
asustó más.
Nada cambio con la confesión, al
contrario, las amenazas, los celos y los golpes aumentaron, los niños vivían
aterrados en cada discusión, ella trataba de ser prudente, pero su interior le
decía que precisamente por sus hijos debía defenderse, hasta que se decidió a
pedir ayuda, Montse, la trabajadora social de esa instancia de gobierno le
ofreció y brindo lo más que pudo para apoyarle, le acompaño a denunciar el
maltrato, los antecedentes violentos y homicidas de Juan, mas como siempre
sucede, nunca prospero su denuncia, el peloteo del no nos corresponde, o
preguntas tan absurdas como “…¿A usted le
consta, Usted sabe dónde está el cadáver? Hasta llegar a decirle usted está
enojada ahorita, son cosas de esposos y por coraje está haciendo esto, hable
con él y mejor arregle sus cosas…”
Trataba de iniciar una nueva
vida, por sus hijos y sin él, Montse se comprometió demasiado en este caso,
ante la falta de apoyo de las autoridades, sabía que ella le necesitaba y que
estaba en peligro ante un Juan al que encaro para decirle que Remedios no
estaba sola. La vida a veces cambia de manera caprichosa las cosas y él sabía
que está peligrando si Remedios hablaba lo de Petrita, había que apostarle a
“sus encantos” y al chantaje, al que va a ser de los niños lejos de su
padre…Remedios cayo en la trampa, por más que Montse le alerto…nada pudo hacer
para detenerla, solo desearle suerte y estar al pendiente de ella, pero por
esos días Juan la había denunciado ante sus superiores de tratar de romper su
matrimonio, de poner en contra a sus
hijos, la “Sabiduría” de los superiores
de Montse, les indico que debían cambiarla a otro lugar lejos de Remedios. El
matrimonio de Remedios y Juan parecía que marchaba mejor que antes, no había
duda que él le estaba echando ganas y todo parecía que fue un chisme de una
funcionaria que se estaba involucrando mucho en sus vidas “¿Quién sabe con qué
fines?” solía decir Juan a los vecinos.
Escucha pasos presurosos pero no
ve nada esa sensación tan extraña que te da cuando huele a peligro o presientes
algo esta al cien, entonces él intenta buscar en medio del silencio, de la
oscuridad la respuesta, sabe que van por él, sabe que no quedara sin su
“Bienvenida” lo presiente, pero no ve nada, e intenta volver a su pensamiento,
quizás solo quisieron asustarlo, y no les será fácil hacerle algo, total su
familia comprara su protección.
Todo paso tan rápido, sus
instintos lo traicionaron no resistió el golpear a Remedios para demostrarle
quien manda, como flashazos las imágenes, una tras otra, el golpeando, ella
resistiendo, tuvo la idea de llevar a los niños con su familia, estaban solos,
y golpe tras golpe, de pronto sus manos tomaron su cuello, la imagen de años
atrás se repetía, el rostro de Remedios de pronto se le convirtió en Petrita y
le decía: Tu estas muerta…Tomo un cuchillo y el cuerpo de Remedios aun
resistía, entro el filo del cuchillo una y otra vez, él seguía viendo a
Petrita, la volvió a tomar del cuello, finalmente inerte el cuerpo de Remedios
dejo su resistencia.
Tomo el cuerpo lo envolvió, los
vecinos sumidos en su rutina de fin de semana ni cuenta se dieron, no vieron,
no escucharon nada, pero aun así no se arriesgaría a sacar el cadáver, lo
oculto en el jardín de la casa, los días pasaban y los vecinos no veían a
Remedios quien habitualmente salía a regar sus plantas, tirar basura, bromear
como cada mañana con las vecinas etc…esta vez la rutina estaba cambiando, pero
algo raro había en ese ambiente...él invento su coartada, reporto la
desaparición de Remedios, tiene una semana dijo, mas no pudo sostener la mentira,
los nervios lo traicionaron, confesó su crimen…el cadáver fue encontrado en el
jardín, entre un montón de triques, bañado en cal, empezaba a despedir olores,
los vecinos se inquietaron…pero más se sorprendieron cuando rescataban el cadáver: Era Remedios,
la vecina que todos conocían, que se había ganado el cariño y respeto del
vecindario, aquella luchona que buscaba con su trabajo sacar a su familia
adelante, que no comprendían el por qué había regresado con ese haragán que tenía
como esposo…simplemente no comprendían, pero ese día, flores y veladoras
llenaron la fachada de su casa…
El silencio se rompe de pronto,
unas manos salidas de esa oscuridad le inmovilizan y otras más le tapan la
boca, están ahí, para hacer cumplir el reglamento, mientras ejecutan la “ley”
de la cárcel Juan intenta gritar un perdón y entre conciencia y sin ella parece
ver dos conocidas, están ahí, l menos eso cree, ellas, Petrita y Remedios solo
le miran con lastima, nada podrán hacer…en el silencio de esa noche, un grito
irrumpe en prisión, todos saben quién es, todos saben por qué…finalmente su
“valentía” es nada, su dignidad ha sido mancillada, y el dolor es más fuerte
para alguien que de su fuerza abuso en contra de otras indefensas…
En prisión hay un cadáver, nadie
supo nada, su familia no sabria más de él, mientras en algún panteón, Montse y
unas gentes de gran nobleza han logrado rescatar el cuerpo de una mujer que
seguro su destino iba a ser una fosa común, en otro lado del país, la policía
llegaba donde Juan les indico, encontraban los restos de otra mujer, la fauna y
el tiempo solo dejaron una osamenta que sería entregada a sus familiares.
HISTORIAS COMO ESTAS SE VIVEN A
DIARIO EN NUESTRO PAIS, HECHOS COMO ESTE DEJAN EN EVIDENCIA LA APATIA DE
ALGUNOS GOBIERNOS ANTE UNA PROBLEMÁTICA SOCIAL TAN GRAVE, LA INACCION Y EL
DESINTERES DE LAS AUTORIDADES ANTE LAS DENUNCIAS HECHAS POR MUJERES VICTIMAS DE
VIOLENCIA, LAS DEJA VULNERABLES Y A MERCED DE SUS VERDUGOS, EL
SEÑALAR A LA MUJER COMO CULPABLE DE SU PROPIA DESGRACIA POR SU FORMA DE VESTIR,
POR SER TAN “COQUETA” POR SER TAN “DEJADA” O “POR QUE ES TU DEBER
SOPORTARLO”(CALIFICATIVOS NO MIOS SI NO DE ALGUNAS AUTORIDADES,
ORGANIZACIONES HASTA RELIGIOSAS) CASOS
COMO ESTE DONDE NO SE ACTUO DE MANERA RESPONSABLE, PUES EL VICTIMARIO TENIA
ANTECEDENTES…DEJAN EN CLARO QUE AUN HAY MUCHO POR HACER, Y POR DESGRACIA,
MUCHAS MAS ESTAN EN PELIGRO…ATENCION CHIHUAHUA, D.F Y DONDE MAS SE ESTA
AGRAVANDO ESTE TEMA: ESTADO DE MEXICO.