Quizá se piense que me tarde, pero quise tomar aliento y tiempo para escribir estas lineas, dedicadas claro, a ese personaje a quien debo todo, mucho de lo que fui, soy y seré, no supe si con la poesía, la narrativa, o la fantasía, escribí uno dos o tres borradores, pero al final solo escribí.
Es la tarde fría, invernal, pero el sol esta en el cenit, alto, fuerte, no tanto como ese hombre joven, pero seca sus lagrimas, la de la mayoría de los ahí presentes...un instante, unas palabras que debían salir...pero el entorno se transforma en un vórtice que le lleva girando a un viaje casi instantáneo y desde ahí solo mira...como imagen en sepia que va tornándose real, a colores vividos, y mira, solo mira, al hombre que toma al niño de la mano, mientras este ríe, se emociona, poco habla, y como muchas veces solo mira, mira sin entender, sin comprender, solo sabe que es feliz, a lado de él: su padre.
El día parece largo, la caminata también parece no tener fin, sus piecillos se han cansado, una bebida refrescante calma la inquietud, luego una golosina, de aquellas que veía del chico aquel del programa de televisión que tanto le gustaba, es mas ha pedido a su padre unos zapatos parecidos, quizás por ello su andar se torna cansado...y el viaje instantáneo lo lleva a los momentos aquellos donde el niño que buleado siempre por los cercanos ha dejado de llorar, ahora ha comprendido que esta solo y debe ir hacia adelante, quizás no sin sus padres, pero ya no en todo momento, como ayer. El aunque mas crecido, sigue creyendo, fantaseando un mundo aparte del real, no tan malo, pero bueno para olvidarse del triste o lo triste de cada día, ajeno a la realidad, de las carencias, de un padre que busca ganarse la vida, de sacar una familia adelante, ahí va el chiquillo que como juego, ahora camina con el, por las calles, ofreciendo sus mercancías, mas tarde, ya en el empleo del padre, aprendió nombres de calles, las conocieron, las recorrieron juntos, aprendieron juntos.
Ahora deja de ser chiquillo y él padre se ha alejado un poco, las nuevas responsabilidades así lo exigen, ya no camina ni recorren las calles juntos, ya el padre ha dejado el remedio de refrescar sus pies en la caliente agua, mientras el niño lustraba el calzado de aquel padre, no como tarea, ni obligación, si no en ese mundo en el que cada día aprendía mas, ya no mas...pero la distancia entre ambos cada día era mayor, y el adolescente que era ya, no tendría muchas carencias, ya tenia actividades laborales, apoyando al alarife que cimentaba su casa, o con el tío en la venta en aquel famoso mercado de calzado, ya tenia pesos en la bolsa, esos que el padre le solía decir respecto a la satisfacción de tenerlos, pero también recordó, aquello respecto a los amigos, de quienes el padre solía decirle "Mis amigos, son dos pesos en la bolsa" si cosas buenas de esa etapa, aciertos del adolescente...pero esos dos pesos de la bolsa, los amigos, transformaron la realidad, la rebeldía de la etapa adolescente hizo lo suyo, el abismo se amplio mas entre el padre y el hijo.
Una etapa mas del ahora ya joven, con empleo, y escuela a la vez, una vez mas la mala desicion del joven de dejar todo, de arriesgar por primera vez todo lo ganado por una nueva aventura, esta vez junto al padre, una vez as desempleado, por esas políticas empresariales de "Quitar lo viejo, fortalecer lo nuevo" en un claro intento de evitar la antigüedad de los trabajadores...pero el padre no se rinde, no se cansa, llego a la cima en su empleo, valía la pena una vez mas empezar de cero...ahí estaban otra vez, juntos, en todas las actividades, el joven apasionado en sus aficiones, uniendo sus propuestas.
Y el joven se acerco al padre antes que nadie y le pidió consejo, la hora de cumplir ese ciclo del hombre estaba a la puerta...todo el apoyo y el buen consejo llego, y ambos, padre y madre le encaminaron a su nueva etapa...y ahora el seria el padre...¿pero cuantas veces desoyó el buen consejo de muchos? ¿cuantas veces dominado por sus pasiones y caracteres, estallo ese nuevo padre? ¿cuantas veces el padre intervino para guiarle por el camino? Y un luz se encendió en ese momento, o cambiaba o se hundía mas, y ahí estaban ellos, sus padres, su esposa y su hijo, razón suficiente para intentarlo...y aunque había diferencias ideologías padre e hijo se unían, en una sola idea, y las cosas salían bien...ahora el nuevo padre tenia mas responsabilidades, delegadas por su guía, su padre...
Y el dolor aumentaba así como el mal iba avanzando en el padre, en el guía, en el protector, por que no decirlo...pero no se rendía, no cesaba en sus actividades, en dedicarle tiempo a esa sociedad y sus necesidades de ahí, del medio que representaba el con esa firmeza, apoyado y fuerte...pero el mal fue mas fuerte que todo propósito, meses de una lenta y sufrida agonía y las palabras finales, no solo al hijo, a las hermanas, a la esposa...pero al hijo: No te rindas, cuida a mi hijo (Su nieto) y la delegación de responsabilidades...mas tarde la ultima irrupción, apresurada a ese hospital que saturado estaba por las fiestas de invierno, la esperanza con la que el hijo a comunicar que todo estaba -aparentemente- bajo control, que mama estaría con el, que como otras veces volverían a casa...segundos después...ella salia a anunciar su partida...
Y el vórtice se cerraba, la vuelta al lugar donde muchos lloraban, apenas unos minutos atrás, antes de partir al lugar aquel, se tomo en un abrazo con sus hermanas, su madre, y tomaba la responsabilidad de cumplir lo prometido al padre, un canto mas que alentador, hizo sonar desgarrador esos llantos, pero ya no había mas, era el momento, en que debía tomar la palabra, un gracias a todos, un adiós papa, nos volveremos a encontrar...
Es la tarde fría, invernal, pero el sol esta en el cenit, alto, fuerte, no tanto como ese hombre joven, pero seca sus lagrimas, la de la mayoría de los ahí presentes...un instante, unas palabras que debían salir...pero el entorno se transforma en un vórtice que le lleva girando a un viaje casi instantáneo y desde ahí solo mira...como imagen en sepia que va tornándose real, a colores vividos, y mira, solo mira, al hombre que toma al niño de la mano, mientras este ríe, se emociona, poco habla, y como muchas veces solo mira, mira sin entender, sin comprender, solo sabe que es feliz, a lado de él: su padre.
El día parece largo, la caminata también parece no tener fin, sus piecillos se han cansado, una bebida refrescante calma la inquietud, luego una golosina, de aquellas que veía del chico aquel del programa de televisión que tanto le gustaba, es mas ha pedido a su padre unos zapatos parecidos, quizás por ello su andar se torna cansado...y el viaje instantáneo lo lleva a los momentos aquellos donde el niño que buleado siempre por los cercanos ha dejado de llorar, ahora ha comprendido que esta solo y debe ir hacia adelante, quizás no sin sus padres, pero ya no en todo momento, como ayer. El aunque mas crecido, sigue creyendo, fantaseando un mundo aparte del real, no tan malo, pero bueno para olvidarse del triste o lo triste de cada día, ajeno a la realidad, de las carencias, de un padre que busca ganarse la vida, de sacar una familia adelante, ahí va el chiquillo que como juego, ahora camina con el, por las calles, ofreciendo sus mercancías, mas tarde, ya en el empleo del padre, aprendió nombres de calles, las conocieron, las recorrieron juntos, aprendieron juntos.
Ahora deja de ser chiquillo y él padre se ha alejado un poco, las nuevas responsabilidades así lo exigen, ya no camina ni recorren las calles juntos, ya el padre ha dejado el remedio de refrescar sus pies en la caliente agua, mientras el niño lustraba el calzado de aquel padre, no como tarea, ni obligación, si no en ese mundo en el que cada día aprendía mas, ya no mas...pero la distancia entre ambos cada día era mayor, y el adolescente que era ya, no tendría muchas carencias, ya tenia actividades laborales, apoyando al alarife que cimentaba su casa, o con el tío en la venta en aquel famoso mercado de calzado, ya tenia pesos en la bolsa, esos que el padre le solía decir respecto a la satisfacción de tenerlos, pero también recordó, aquello respecto a los amigos, de quienes el padre solía decirle "Mis amigos, son dos pesos en la bolsa" si cosas buenas de esa etapa, aciertos del adolescente...pero esos dos pesos de la bolsa, los amigos, transformaron la realidad, la rebeldía de la etapa adolescente hizo lo suyo, el abismo se amplio mas entre el padre y el hijo.
Una etapa mas del ahora ya joven, con empleo, y escuela a la vez, una vez mas la mala desicion del joven de dejar todo, de arriesgar por primera vez todo lo ganado por una nueva aventura, esta vez junto al padre, una vez as desempleado, por esas políticas empresariales de "Quitar lo viejo, fortalecer lo nuevo" en un claro intento de evitar la antigüedad de los trabajadores...pero el padre no se rinde, no se cansa, llego a la cima en su empleo, valía la pena una vez mas empezar de cero...ahí estaban otra vez, juntos, en todas las actividades, el joven apasionado en sus aficiones, uniendo sus propuestas.
Y el joven se acerco al padre antes que nadie y le pidió consejo, la hora de cumplir ese ciclo del hombre estaba a la puerta...todo el apoyo y el buen consejo llego, y ambos, padre y madre le encaminaron a su nueva etapa...y ahora el seria el padre...¿pero cuantas veces desoyó el buen consejo de muchos? ¿cuantas veces dominado por sus pasiones y caracteres, estallo ese nuevo padre? ¿cuantas veces el padre intervino para guiarle por el camino? Y un luz se encendió en ese momento, o cambiaba o se hundía mas, y ahí estaban ellos, sus padres, su esposa y su hijo, razón suficiente para intentarlo...y aunque había diferencias ideologías padre e hijo se unían, en una sola idea, y las cosas salían bien...ahora el nuevo padre tenia mas responsabilidades, delegadas por su guía, su padre...
Y el dolor aumentaba así como el mal iba avanzando en el padre, en el guía, en el protector, por que no decirlo...pero no se rendía, no cesaba en sus actividades, en dedicarle tiempo a esa sociedad y sus necesidades de ahí, del medio que representaba el con esa firmeza, apoyado y fuerte...pero el mal fue mas fuerte que todo propósito, meses de una lenta y sufrida agonía y las palabras finales, no solo al hijo, a las hermanas, a la esposa...pero al hijo: No te rindas, cuida a mi hijo (Su nieto) y la delegación de responsabilidades...mas tarde la ultima irrupción, apresurada a ese hospital que saturado estaba por las fiestas de invierno, la esperanza con la que el hijo a comunicar que todo estaba -aparentemente- bajo control, que mama estaría con el, que como otras veces volverían a casa...segundos después...ella salia a anunciar su partida...
Y el vórtice se cerraba, la vuelta al lugar donde muchos lloraban, apenas unos minutos atrás, antes de partir al lugar aquel, se tomo en un abrazo con sus hermanas, su madre, y tomaba la responsabilidad de cumplir lo prometido al padre, un canto mas que alentador, hizo sonar desgarrador esos llantos, pero ya no había mas, era el momento, en que debía tomar la palabra, un gracias a todos, un adiós papa, nos volveremos a encontrar...
DEDICADO: A la memoria de mi señor padre, a once años de su partida, un recuerdo de todo aquello que deje pendiente.Un Te extraño, me haces falta, pero esa esperanza que como dicen las escrituras, nos volveremos a encontrar.