02 julio 2010

EN LA LENGUA ESTA LA VIDA Y LA MUERTE



Inicia este mes de julio, para alguien muy importante en mi vida, en mi mente y en mi corazón, es muy especial. Quienes me conocen saben que puedo escribir de esto de lo otro de aquello, a partir de vivencias, hechos superados, o en el proceso, pero resulta que en el fondo, lo que siento en mi corazon me lo reservo para ese alguien que hace mas de 10 años cambio mi vida (y la suya también) No es tanto timidez, si no que las palabras del alma y del corazón se dan de frente, mirando a los ojos, en un abrazo.

La responsabilidad que implica el tener un medio de información, he aprendido, implica el tener cuidado con lo que se dice, se escribe o trascribe, pues a veces, hay cosas que recibo de otros, o como últimamente me ha sucedido, me han llegado notas informativas, de las cuales hay que tener tacto y no por tener una exclusiva he de atreverme a publicar algo no confirmado o soltado como dicen por ahí: “un borregazo” tengo entendido ahora que de una boca pueden salir bendiciones y maldiciones, también se dice que en la lengua esta el poder, esta la vida o la muerte, por ello hay que tener cuidado con lo que se escucha, con lo que se dice, pues pudiera tratarse de un deslenguado, despechado o ambicioso vulgar como dijera AMLO.

Hace no mucho tiempo y respecto a lo mencionado en el párrafo anterior, me toco conocer de una situación que padecieron unos compañer@s mientras estábamos trabajando en una oficina de gestion, quiero comentar que cuando me incorpore ahí poco después de la muerte de mi padre, sabia más o menos de que pata cojeaban algunos de ellos, por lo que me mantenía alerta a cada comentario, pero siempre buscando no ser parte de ninguno de los “grupitos” en que se habían auto definido, no fue fácil, y de verdad termina uno asqueado de tanto chismerío. Claro que se identificaban muy bien a unos y a otros, era claro que había quienes se favorecían del trabajo de todos, y había otros que se molestaban por eso y siempre protestaban, un grupito mas, que parecía más neutral, en verdad era el que nadaba de muertito, pues no apoyaba a uno ni a otro, es mas ni trabajaban.

El caso es que me llamaba mucho la atención, el nivel de confrontación, el cual paso de diferencias laborales a la intromisión en la vida personal de uno de los bandos, a esos compañeros me refería con “padecieron” pues el hecho de que los criterios se unan por razones obvias, fue utilizado de la manera más baja y ruin, por el otro grupo, quienes sin escrúpulo alguno se atrevieron a “suponer” que las compañeras eran amantes de los compañeros, por haberse agrupado y contrarrestar la ambición política que ese otro grupo ya traía, es decir ante la falta de recursos o trabajo palpable, se fueron a la calumnia, al grado tal, que “unas acomedidas amigas” llamaron a las casas de cada uno de ellos y a sus esposas o esposos, en el caso de una de ellas a su papa, les contaron “sus apreciaciones” , lógico ocasionando un problema familiar muy fuerte entre ellos.

Dos de esas “acomedidas amigas”, hoy día siguen ahí, una de ellas a pesar de haber traicionado una y otra vez la confianza del jefe, sigue parando oreja, llevando y trayendo chismes, utilizando esa mortal arma que es la lengua. Bien dicen que en la lengua esta la vida y también la muerte, hoy veo que la historia se puede repetir, por ello, lo hable con mi esposa, quien en su tiempo supo y se dio cuenta de muchas de esas cosas, se que el que nada debe nada teme, pero por si las dudas mejor le comento a ella las cosas que pasan, y claro también he decidido alejarme de esos argüendes, aunque me digan aburrido, apático, aguado etc., de cualquier forma, la lengua no se detiene, por una u otra cosa sigue mueve y mueve, y esto no nada más pasa aquí, o a mi, en cualquier parte hay un o una “observadora” que critica, juzga, habla con tal ligereza que puede destruir una vida, un matrimonio.

A esa confianza me refería con mi esposa, ella conoce a algunos de mis compañeros, sabe lo que debe saber y no más, sabe con quién trabajo y que hago y no hago, y lo mejor: Ya no hago cosas buenas que parecen malas, ni malas que parezcan buenas. Me ha pasado que cuando encuentro alguien que parece confiable y comparto algo, pasa que: o abusa de la confianza y me traiciona, o entienden las cosas de otra manera. Por eso prefiero hacer lo que debo de hacer solo, claro, no en el estricto sentido, pues no es bueno que tambien andemos como loquitos aqui y alla, creo en el trabajo en equipo, pero solo comparto lo indispensable y concerniente al trabajo, no mas.

Mejor hay que andar cuidándonos de esa mortífera sin hueso, en el trabajo, en la casa, en la calle, en todas partes se puede encontrar uno a este tipo de gentes, que con habilidad y gran labia, seducen el ego de aquellos que se dejan envolver, en la lengua esta la vida y la muerte también, si, lo sé, a esta infame e inquieta lengua no le importa quién sea su portador, no mira condición social ni nada, hasta “profesionistas” y gente “bien” terminan sometidos por esa implacable, mezquina y mentirosa.

Pero no hay nada que no deba de ser sabido,la verdad siempre sale a relucir, pero lamentablemente se calla una lengua y sigue otra, pues cual virus se contagia, y aquellos en que alguna vez confiaste, quizas sean quiens ocuparan el lugar de la que ya se calló y así, y así. Por eso es mejor valorar y confiar más en los tuyos, en aquellos con quienes te criaste, con tu pareja y aun así, hay veces que el diablo mete la cola, no falta la lengua ardida que a fuerza quiere destacar, que inventa cosas, o que le da por ser "sincera" pero hay argumentos más fuertes, hay razones más fuertes que todo eso. La responsabilidad de los medios, y de quienes nos gusta esto de escribir va más alla de señalar una cosa u otra, hay que aprender a diferenciar entre notas, chismes personales o borregazos, hay que aprender a diferenciar lo publico de lo privado, el trabajo con sustento y el chisme como "ultimo recurso".