26 julio 2012

MI PRIMERA ESCUELA


Curiosamente, hoy hablaba de esto, les preguntaba a mis hijos si recordaban a sus profesores. Bueno, yo no fui a preescolar, me fui directo a la primaria, y recuerdo que solo me iba a dormir a la banca, o que lloraba mucho, recuerdo  muy bien a esa maestra y sobre todo al director de esa escuela ubicada en el Estado de México, donde me fui a vivir durante un año con mi familia. Era un pequeño inquieto pero solo en mi casa, pero la escuela como me daba miedo. No sé bien cuanto tiempo estuve ahí, pero no termine el año, al recordar con los niños los primeros años de escuela y compartir esas experiencias nos sirve a unos y otros, porque hay cosas que se quedan muy grabadas, por ejemplo, hace algunos meses, volví a la casa donde viví durante ese año, y pase por esa misma escuela, les enseñe a mis hijos ese plantel, y les prometí que algún día les contaría mi experiencia en ese año que viví ahí.

La escuela primaria federal “Diego Rivera” me recibió aquel año de 1981, era septiembre 2, ya que se acostumbraba en aquellos años el suspender labores por el informe del señor presidente. La escuela me parecía enorme, con sus salones bastante iluminados, sus mesa-bancos y claro cómo olvidar el escritorio de la profesora Sandra Luz elevado unos centímetros más por un piso adicional  en todos los salones (años después supe el porqué de ese piso elevado) Total que había algo que todavía no entendía a bien, y la banca que tenía en esa escuela me invitaba a dormir, tal vez era la forma de evadirme de esa nueva experiencia, a la cual me resistía, la profesora me parecía un ser enojón que gritaba mucho, y la verdad, me daba miedo. Creo que, como lo dije anteriormente, me hizo falto ir a preescolar, me saltaron esa etapa, era común  en esos años, o eras muy chico para primaria, o muy grande para preescolar, por la cuestión del mes de nacimiento…la realidad es que también era un niño más o menos mimado, el único varón entre cuatro mujeres.

Cito está experiencia en mi primer escuela, porque además de lo antes comentado, quien fuera director de esa escuela me dijo cosas que se me quedaron muy grabadas, no fue nada malo, ni mala la actitud de ese director,  al contrario recuerdo que él no hallaba el modo de hacerme entender que debía estudiar, bueno me dijo de todo pero yo la verdad estaba en mi mundo sin querer dar ese paso a la vida escolar, yo quería estar en casa como siempre, viendo televisión, jugando, brincando como chiva loca…esas palabras del director fueron: “Si no te interesas por estudiar, o de plano no quieres hacerlo, vas a terminar de matacuas…” Ya después sabría que matacuas es el adjetivo que se le da al ayudante de albañil, aunque años después concluí mi educación primaria con buenas calificaciones, la secundaria no fue igual, en bachilleres le eche ganas, pero no fue suficiente y tuve que dejar de estudiar para trabajar, no de “matacuas” que como cualquier oficio no es malo, pero podía hacer más y eso lo entendí muchos años después. Hoy, no solo quiero concluir lo que deje pendiente, se trata de avanzar más, eso ya depende de los sueños que podamos y queramos alcanzar.