25 marzo 2011

UN VIAJE EN TREN




(AUTOR: DESCONOCIDO)

Un día leí un libro en donde comparaban la vida con el viajar en tren, una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada.
Interesante porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas y bajadas tristes. Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas que nos harán conocer el viaje hasta al fin: nuestros padres.
Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajaran para no volver a subir más. Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto nuestro viaje debe continuar. Conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, subirán nuestros hermanos, amigos y amores.
Muchos de ellos realizaran un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren también viajaran personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo quien lo necesite. Muchos se bajaran y dejaran recuerdos imborrables; otros, en cambio, viajaran ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados.
Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separado de ellos, con alguna dificultad, para acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que a pesar de de estar cerca… no podemos sentarnos juntos, pues muchas veces son las otras personas que los acompañan durante el camino. Este viaje es así lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de dia.
Tomemos la decisión, entonces, de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que en algún momento del viaje alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo, seguramente, pero alguien nos entenderá y ayudara.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en qué estación nos tocara descender. Pienso; cuando tenga que bajarme del tren ¿sentiré añoranza? Mi respuesta es: sí. Dejar a mis hijos viajando solos será triste. Separarme de los rumores de mi vida será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volvamos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que hayan crecido como buenas personas. Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando… ¿Quién subirá? ¿Quién será? Me gustaría que pensaras que bajar del tren no es solo una representación de la muerte, o el término de una historia que dos personas construyeron y que por motivos íntimos dejaron desmoronar. Estoy feliz de ver como cierta gente como nosotros tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar; eso es señal de lucha y garra, y saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.
Agradezco por que estemos realizando este viaje en el mismo tren, y a pesar de que nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón es el mismo.

DISFRUTA EL VIAJE LO MEJOR POSIBLE:
EDMUNDO JIMENEZ TOXTLE